16.12.13

VISCERA nº5 por fin en las calles!!


Editorial
Las ensambladoras


Mas allá de las poéticas que se ponen en juego en la escritura y mas acá de la reflexión en torno al acto performativo que se despliega al convocarnos a escribir, editar, publicar y poner en circulación estos materiales, nos centramos y descentramos en la trama misma de lo que esto supone, en el espesor material que nos conmueve a la acción. Allí emergen las condiciones reales de nuestras luchas: la vorágine de la catástrofe neoliberal que se arremolina como una tempestad acechando nuestras existencias, a la cual respondemos con la tormenta de la revuelta y la sublevación. Irrupción de territorialidades sonoras, clamor de intensidades capaces de trastornar la designada economía policial de los órganos.

En medio de esta batalla campal que desata el capital en contra de nuestras vidas, volvemos a poner el cuerpo para que nuestros suenos no sean derrotados, para que nuestras memorias no sean ruinas y el olvido un abismo.

Los efectos de sentido que aquí se ensamblan surgen de un dialogo transfronterizo y desterritorializado. Chile, Euskal Herria, Barcelona, Italia, son nombrados como paradigmas de la globalización neoliberal. Este ensamblaje emerge entonces como una biopsia del cuerpo del mundo, en donde su tejido orgánico resiste a la inmunización securitaria y al contagio viral de la mercantilizacion y el lucro, de la extracción de valor de la vida convertida en mercancía para ser puesta en la mesa de disección de la vulnerabilidad y el abandono de esta maquinaria de muerte sin sepultura. Esta biopsia agita nuestros nervios, activa la guerra por la sobrevivencia y recorre sus laberintos poniendo en entredicho la cadena perpetua a la cual nos somete el progreso y sus
flujos de aceleración total.

Esta declinación apocalíptica de la máquina neoliberal se expresa en la deriva fascista de las sociedades occidentales y se impone mediante el fetichismo de la ley que engendra el espacio de la
abyección, donde ya no podemos distinguir entre el régimen del poder institucional y el crimen organizado.

Atopías             espacio deslocalizado

torsiones          violencia desregulada

Mundos de muerte en donde la critica a la cárcel es una critica al conjunto de la realidad que vivimos, porque la vida en la cárcel pone de manifiesto la vida como prisión. Esta disidencia conceptual surge en cada caso de unos conocimientos situados que operan la ruptura biopolítica con esta prisión espacio-temporal en la que comenzamos a habitar-nos;

máquina abstracta

fábrica de injusticia y desigualdades

Cronocracia patriarcal que pretende colonizar nuestras vidas en la instancia en que estas se producen, en el empoderamiento del cuidado de nuestros cuerpos y los (des)afectos que la máquina opera sobre ellos: explotación, exclusión, discriminación, estigmatización, criminalización, segregación y captura del tiempo de nuestras vidas.

Esto se certifica en la extensión, proliferación, ampliación y masificación de la presencia de la prisión como hecho social total; en el endurecimiento de las penas, el estado policial que se extiende a la población mediante el despliegue de la tolerancia "cero" y sus consiguientes tecnologías del control que se infiltran en nuestras vidas mediante la posibilidad de intromisión digital, virtual, la producción de bancos de adn, microchips, vídeo cámaras etc. configurando en la prisión el punto cero de la circulación que en su expansión intensiva pliega el territorio planetario como un circuito cerrado, pasando de la configuración de una experiencia del limite en el territorio, propia del paradigma soberano, a un movimiento en una economía global de la violencia desterritorializada que reactualiza el dispositivo de la guerra como fundamento de la política. La cárcel emerge como un nodo que reglamenta los modos de intercambio, dando lugar a una prisión que se establece como una frontera sin fronteras de una sociedad que comprueba los limites de su limitación y el circuito cerrado de su circulación interestelar. La prisión global es una estructura generalizada del funcionamiento del capitalismo en el que no existe mas el afuera. La prisión global se acompaña de una positividad desmesurada que rige las economías libidinales. Espacio sin demarcación, sin adentro y sin afuera, sin interioridad y sin exterioridad, no hay una excepcionalidad posible a partir de la cual se instituya el nomos de la prisión global, esta es posinmunológica, transterapéutica y farmacopornográfica.

En este, el mejor de los mundos posibles, la escritura opera como resistencia instituyente y destituyente, singularización radical en la vivencia de la experiencia extrema que abre otras constelaciones refractarias a la totalización del basurero sistémico y sistemático, contradispositivos narrativos que se pliegan como puntos vacíos y móviles abriéndose como intersticios y líneas de fuga de nuestros deseos insurgentes, allí donde habita el potencial de fantasía para la transformación social.





  

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